Marcel Giró


Premsa

Pionero de la fotografía moderna

Silvestre Ventura. Le Monde Diplomatique.
August 2014

Uno de los padres de la fotografía moderna brasileña resulta ser un catalán del que nadie tenía noticias hasta hace poco tiempo. En el año 1937, el joven Marcel Giró, entonces 23 años, pasó a Francia alejándose de la Guerra Civil española, un conflicto en el que no encontraba su lugar. Por un lado, su sentimiento catalanista lo hacía antifranquista; por otro, su familia acababa de ver intervenida una industria textil que poseía en Badalona por un comité anarquista. Se marchó a buscar futuro en otra parte. Tras unos meses en Francia pasó por Colombia y, a finales de la década de los 1940, llegó a Sao Paulo, Brasil.

Giró probó varios trabajos hasta que se decidió por la fotografía. Rápidamente obtuvo un gran prestigio profesional y su estudio se convirtió en uno de los más reputados del país, especialmente en encargos publicitarios. Pero, a diferencia de otros profesionales, Giró adoptó la fotografía en un sentido global, lo que le llevó a la experimentación formal y conceptual y al encuentro con los circuitos del arte. Era el momento en que, en Brasil, tomaban forma con fuerza las propias manifestaciones de la modernidad (en particular la nunca igualada arquitectura brasileña, con Óscar Niemeyer a la cabeza). La fotografía no fue una excepción. Giró formó parte del Foto Cine Club Bandeirante que, en los años 1950, marcó el desarrollo de la Escuela Paulista, movimiento pionero de la fotografía moderna en Brasil.

La de Giró es específicamente moderna y brasileña, como lo pueden ser la catedral de Brasilia, la música de Antonio Carlos Jobim o los edificios racionalistas de Leblón o Ipanema. Está llena de claridad, de esperanza en un destino prometedor después truncado por una de las dictaduras militares más largas del continente americano.

Tras la muerte de su esposa en 1978 –la también catalana Palmira Puig– Giró vendió su estudio y se dedicó intensamente a viajar por el mundo hasta que volvió a Cataluña instalándose en Mirasol, cerca de Sant Cugat, donde falleció en julio de 2011. Su sobrino, Toni Ricart está poniendo gran empeño en dar a conocer la obra de este autor. Este libro es un valioso punto de partida.

Silvestre Ventura